lunes, 9 de abril de 2012

A hombros, o con los pies por delante

¿Quién no recuerda a la entrañable Rose de Las Chicas de Oro? Cuando veíamos la serie en los años 80, Rose (Betty White) ya era mayor. O al menos eso le parecía a mis ojos de niña, y no andaba muy desencaminada, porque entonces la actriz los 60 ya no los cumplía. Esto lo descubrí hace un par de noches viendo un Saturday Night Live de 2010 con Betty White como artista invitada. Ni más ni menos que 88 años tenía cuando fue host del mítico programa, y 90 tiene ahora mientras combina un papel en la serie Póker de Reinas con el doblaje de dibujos animados en la recientemente estrenada Lórax: en busca de la trúfula perdida. Transmitiendo vitalidad a raudales, la entrañable Rose deleita al espectador con un monólogo enternecedor en el Saturday Night Live, donde repasa su trayectoria en televisión, desde sus inicios en Mary Tyler Moore -un pilar en la historia de las sitcoms- pasando por Las Chicas de Oro, Vacaciones en el Mar o Santa Bárbara, hasta un presente en el que no parece contemplar la jubilación. Hija de un vendedor que se trasladó a California desde Illinois en la Gran Depresión, Betty se casó tres veces, no tuvo hijos y vive con su golden retriever, Pontiac. Sin embargo, lo mejor de esta historia es cómo llegó a presentar el programa de humor neoyorquino en 2010. Y es que, tras varias ofertas que ella siempre rechazaba porque el programa le resultaba demasiado "New York style" para su perfil interpretativo, una campaña en Facebook llevó al productor Lorne Michaels a ofrecérselo por enésima vez. Al parecer, el grupo de Facebook "hagamos que Betty White presente Saturday Night Live" alcanzó el medio millón de miembros en poco tiempo. La sorprendida y halagada actriz octogenaria declaraba que no entendía muy bien eso del Facebook, que ella se había criado rodeada de cosas tan diferentes a esto que se le escapaba un poco, pero que estaba, aún así, muy agradecida por la inesperada acogida de la propuesta.

Cruzando el charco, en nuestro país también encontramos ejemplos de actrices que se mantienen o se han mantenido en activo superada la barrera de los 80. Bien sea precisamente por eso, porque se mantienen activas, o por los beneficios sobre el riego sanguíneo que tiene memorizar guiones; el caso es que las actrices son como los toreros: de los escenarios sólo salen a hombros o con los pies por delante.

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