martes, 22 de diciembre de 2015

Una estrella para la abuela Toñi

Ilustración: Berta García Macho

Miguelito sabe que la abuela no tardará en marcharse. Desde que el abuelo se fue ya no van nunca juntos a merendar tortitas como antes. Primero, porque la abuela se puso muy triste cuando el abuelo se marchó a la estrella en la que ahora vive; y después, porque desde entonces está siempre cansada y cada vez más arrugada. Miguelito sabe que cuando los abuelos se arrugan, se marchan a vivir a una estrella donde pueden hacer lo que más les guste todo el tiempo y, como el aire no pesa en el espacio, no se cansan de caminar porque flotan.

Su abuelo ahora vive en la estrella más brillante del cielo, una que se ve incluso de día si te fijas mucho, y parece que está más cerca que las demás. Miguelito tuvo la suerte de despedirse de él cuando su mamá le dijo que ya tenía comprado el billete de autobús de la Vía Láctea, que es la autopista que va a las estrellas, y le dio un beso muy fuerte y le pidió que no dejara de escribirle y de mandarle postales, porque si no sus amigos del cole no le creerían.

Pero el abuelo nunca escribió ninguna carta hasta que, un día, a la abuela le llegó el paquete con el polvo mágico de estrella. Se asomó una noche al balcón y de repente le cayó encima una cajita de madera que, al abrirla, brillaba tanto que no se la podía mirar directamente. Miguelito no lo vio con sus propios ojos porque estaba durmiendo, pero sabe que fue justo como se lo explicó la abuela.
Hoy mamá le ha dicho que el abuelo ya le ha comprado a la abuela el billete de autobús para marcharse a vivir con él a su estrella. Y tiene que irse ya, porque se acerca la Navidad y es cuando más atascos hay en la Vía Láctea. Como hizo con él, le ha dado un beso muy fuerte y le ha pedido que le envíe una postal desde allí. A partir de ahora estará muy atento cada noche en su balcón, porque está seguro de que, en lugar de postales, la abuela también enviará una cajita con ese polvo mágico de estrella, tan brillante que no se podrá mirar directamente.

En este blog la abuela Toñi ha sido siempre una fuente de inspiración, y aún no sé si este post será una despedida definitiva o un nuevo comienzo para El Abuelo de Miguelito. Todavía no lo he decidido. Pero si queréis saber más de la abuela Toñi, aquí podréis leer una de sus recetas; y en este artículo ver lo fenomenal que escribía aunque nunca se quisiera dar importancia.






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